
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta a las motoneuronas responsables del control muscular voluntario. Si bien aún no existe cura, los avances en la comprensión de los mecanismos celulares y metabólicos han permitido el desarrollo de enfoques integrales dirigidos a mejorar la calidad de vida, reducir los síntomas y, potencialmente, ralentizar la progresión de la enfermedad. Este artículo resume los mecanismos principales de la ELA y propone una estrategia terapéutica integral basada en terapias disponibles en entornos clínicos y de bienestar avanzados, entre las que se incluyen: la oxigenoterapia hiperbárica (OHB), la fotobiomodulación (FBM), la estimulación magnética transcraneal repetitiva de muy baja intensidad (EMTr-VL), una dieta cetogénica adaptada a la ELA, agua rica en hidrógeno y terapias complementarias como la terapia con campos electromagnéticos pulsados (PEMF).
Aún se desconoce la causa exacta de la ELA, pero la comunidad científica comprende bien cómo degeneran las motoneuronas. La enfermedad resulta de una combinación de factores genéticos, ambientales y metabólicos que desencadenan una cascada de procesos biológicos destructivos.
Las neuronas motoras se vuelven excesivamente activas, consumiendo más energía de la que pueden soportar y acumulando calcio intracelular, lo que finalmente conduce a la degeneración.
Las mitocondrias se vuelven incapaces de producir suficiente energía, lo que aumenta el estrés oxidativo.
La proteína TDP-43 se agrega dentro de las neuronas, interrumpiendo procesos esenciales y contribuyendo a la muerte celular.
La microglia se hiperactiva, promoviendo una inflamación que acelera la degeneración neuronal.
La conexión entre la neurona motora y el músculo se deteriora, acelerando la atrofia muscular y la muerte neuronal. Por lo tanto, la ELA es un círculo vicioso que implica energía insuficiente, inflamación, excitotoxicidad y colapso celular.
Ninguna terapia por sí sola puede modificar significativamente la progresión de la ELA. Sin embargo, un enfoque combinado que actúe sobre diferentes componentes del ciclo degenerativo puede mejorar notablemente el bienestar y la funcionalidad del paciente. El protocolo propuesto se basa en seis pilares:
Presión recomendada: de 1,3 a 1,5 ATA
Duración de la sesión: 60–90 minutos
Frecuencia: 3–6 sesiones por semana
Áreas objetivo: Corteza motora (C3, C4), corteza